miércoles, 30 de enero de 2013

Los jueves, relato



Ya empezó temprano en España y quizás en tantos otros lados, cómo imaginarlo, mi "Hablar escribiendo" o los "Límites" tan borgeanos. Yo por ahora elijo quedarme con este escrito que es de a ratos un diálogo con dos seres que ya no están; un monólogo interior, y quizás sea el único si no surge otro ineludible. Esta vez el propósito es disfrutar de todas vuestras letras y conducirlos. 

Para contarles un poco sobre Flores Violetas: hablo con los que se fueron, con los que sí están y aportan tanto, y con las causalidades que parecen juegos del destino o misterios a develar. 

Me dio mucha ternura que tantos se hayan quedado con la foto de Julio a Alejandra, cuando les pedí fuesen libres y fotografiaran los manuscritos, las cartas no enviadas, las libretas de viaje... 
¡Suelo ser tan rebelde con las de ustedes!
Los espero por aquí y por allí. Los quiero.
Y ruego funcionen los links ya que trabajé linkeda como Rochie, y deberían entonces tomar el desvío hacia la casa amarilla, con las disculpas del caso.
Rossina















sábado, 26 de enero de 2013

Los jueves, relato



Ya es veintisiete en España, y aquí, en el sur del sur, hace exactamente tres años alguien partió; abandonó este plano para entrar seguramente en uno mucho más celeste. Como sus sueños. Como su lucha. Como su ley. Alguien muy especial para mí... Porque para otros, por ejemplo, en aquella misma jornada el cielo pasó a ser la morada de nuestro querido Salinger.
Estaremos de celebración el jueves 31, y esta vez que me toca conducirlos, les propongo como vengo adelantando "Hablar escribiendo"o bien "Límites" (ver escrito anterior).
En cualquiera de los dos casos, estaríamos utilizando ambos verbos: hablar y escribir; por chats, en servilletas de papel, aquellas cartas que nunca enviamos, las libretas que nos anidan, los mensajes de texto...
Me sumaré a la consigna desde mis dos espacios, ya que usualmente esta es la bitácora del Taller De Laberintos y espejos donde solemos trabajar textos, crónicas y escritos, y la casita amarilla (géminis en ascendente) la de la letra propia.
Los límites borgeanos ya están online, como una de las posibles consignas, y las charlas en soliloquio o en diálogo que han ido ocupando muchos de mis últimos escritos como segunda (vale dejárles como referencia 1.
Los aguardo con sus links, ideas, comentarios y consultas, esperando que no hayan quedado muy mareados de la subasta de nuestro libro, con la consigna más complicada de la historia.
Recuerden linkear este espacio, y dejarme vuestro link para que pueda subirlos el próximo jueves.
Que la imagen sea el manuscrito o texto fotografiado. Sean libres. Abrázolos.

miércoles, 23 de enero de 2013

Límites


Poema con consigna: Límites; los propios. Los ajenos.
Los de hoy, los de ayer. 
Lo que surja. 

En su voz.


Límites

De estas calles que ahondan el poniente,
una habrá (no sé cuál) que he recorrido
ya por última vez, indiferente
y sin adivinarlo, sometido

a Quién prefija omnipotentes normas
y una secreta y rígida medida
a las sombras, los sueños y las formas
que destejen y tejen esta vida.

Si para todo hay término y hay tasa
y última vez y nunca más y olvido
¿quién nos dirá de quién, en esta casa,
sin saberlo, nos hemos despedido?

Tras el cristal ya gris la noche cesa
y del alto de libros que una trunca
sombra dilata por la vaga mesa,
alguno habrá que no leeremos nunca.

Hay en el Sur más de un portón gastado
con sus jarrones de mampostería
y tunas, que a mi paso está vedado
como si fuera una litografía.

Para siempre cerraste alguna puerta
y hay un espejo que te aguarda en vano;
la encrucijada te parece abierta
y la vigila, cuadrifronte, Jano.

Hay, entre todas tus memorias, una
que se ha perdido irreparablemente;
no te verán bajar a aquella fuente
ni el blanco sol ni la amarilla luna.

No volverá tu voz a lo que el persa
dijo en su lengua de aves y de rosas,
cuando al ocaso, ante la luz dispersa,
quieras decir inolvidables cosas.

¿Y el incesante Ródano y el lago,
todo ese ayer sobre el cual hoy me inclino?
Tan perdido estará como Cartago
que con fuego y con sal borró el latino.

Creo en el alba oír un atareado
rumor de multitudes que se alejan;
son lo que me ha querido y olvidado;
espacio y tiempo y Borges ya me dejan.

En Borges, J.L. (1964) El otro, el mismo, en Jorges Luis Borges (1974) Obras Completas, Buenos Aires: Emecé.

jueves, 17 de enero de 2013

El árbol del ahorcado


Esta vez nos sumamos a la consigna juevera. Los espero.

Prisión que te deja sin voz, sin fuerzas, que te quita el habla y la razón, la cordura; tino que se apodera del Tú y del Yo. El mismo que me robó verte y vernos. Ser. Sumarnos, por tanta ausencia por tantas deshoras...
Por la remake de la remake, del descenso, del desamor, de los laberintos espejados, en zonas de riesgo.
Encierros de dolor de llanto y súplica , de ahogo y  tristeza. De todo aquello que no se libera.
Pausas eternas. Las horas. Las pulsaciones, que aceleran e impiden el reparo. 
Desnudos; desaparecen los pudores.
Lloramos. Latimos.Y los escozores y los celos y las alianzas y los enfrentamientos.
Mundo dentro del mundo.