“Las circunstancias de mi nacimiento fueron nada extraordinarias pero sí un tanto pintorescas, porque fue un nacimiento que se produjo en Bruselas como podría haberse producido en Helsinki o en Guatemala: todo dependía de la función que le hubieran dado a mi padre en ese momento. El hecho de que él acababa de casarse y llegó prácticamente de viaje de bodas de Bélgica hizo que yo naciera en Bruselas en el mismo momento en que el káiser y sus tropas se lanzaban a la conquista de Bélgica, que tomaron en los días de mi nacimiento. De modo que ese relato que me ha hecho mi madre es absolutamente cierto: mi nacimiento fue un nacimiento sumamente bélico, lo cual dio como resultado a uno de los hombres más pacifistas que hay en este planeta"...
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“Qué familia, hermano. / Ni un abuelo comodoro, ni una carga / deca / balle / ría, / nada, ni un cura ilustre, un chorro, / nadie en los nombres de las calles, / nadie en las estampillas, / minga de rango, / minga de abolengo, / nadie por quien ponerse melancólico / en las estancias de los otros, / nadie que esté parado en mi apellido / y exija de la estirpe / la pudorosa relación: ‘Aquel Cortázar, / amigo de Las Heras…’. / Ma qué Las Heras, / no tuvimos a nadie, ni siquiera / en Las Heras (la Penitenciaría / que ya tampoco existe, me contaron”...
“Mi casa, vista desde la perspectiva de la infancia, era también gótica, no por su arquitectura sino por la acumulación de terrores que nacía de las cosas y de las creencias, de los pasillos mal iluminados, y de las conversaciones de los grandes en la sobremesa”...
“Me acuerdo de una plaza, poca cosa: un farol, un paraíso, unos malvones, y ni un banco en que estar y ni una rosa. Pero venían todos los gorriones”...
“Por fortuna me escapé de lo que se suele llamar complejo de Edipo, el cual ha malogrado y malogra a tantos escritores, aunque a otros les otorgue una cierta grandeza. (…) En lo alto y flaco me parezco a mi padre. Saqué los ojos anormalmente separados de mi abuelo materno: en cambio me parezco a mi madre psicológicamente. Es muy imaginativa y novelera. Lee cuanto cae en sus manos. Desde niño, eso me permitió tener libros a mi alcance. Nunca me dio consejos literarios. Intelectualmente era incapaz de hacerlo; en cambio discutíamos nuestras lecturas comunes; por ejemplo, los dos somos unos eruditos sobre las obras de Alejandro Dumas. Las comentábamos interminablemente”....
“Siempre estoy atrasado de lecturas y de escrituras. Y voy a cumplir 43 años, estoy viejo, viejísimo (detrás de mi incorregible cara de chico)”...
“Yo guardo el recuerdo de mi juventud con tanta tristeza ternura como vos, pero hoy en día me siento tanto o más ávido que entonces. (…) Creo que la única gran pérdida son las ilusiones, y a veces las certidumbres, por hermosas que sean, no alcanzan a reemplazarlas. De todos modos hay algo innegable: de muchacho, uno no sabe realmente lo que hace. La autocrítica se ejerce más en el orden moral que en el intelectual. (…) ¿Te acuerdas de lo que era recibir entonces un regalo de un amigo? Era como una salpicadura de divinidad. Las más pequeñas cosas, una cita, un cumpleaños, un banco de plaza, todo estaba cargado de infinito, no sé decirlo de otra manera. Uno lloraba de otra manera”...
“Sobre todo camino y miro. Tengo que aprender a ver, todavía no sé”. “No tengo ideas claras, ni siquiera tengo ideas. Hay jirones, impulsos, bloques, y todo busca una forma, entonces entra en juego el ritmo y yo escribo dentro de ese ritmo, escribo por él, movido por él y no por eso que llaman pensamiento y que hace la prosa literaria u otra. Hay primero una situación confusa, que solo puede definirse en la palabra; de esa penumbra parto, y si lo que quiero decir (si lo que quiere decirse) tiene suficiente fuerza, inmediatamente se inicia el swing, un balanceo rítmico que me saca a la superficie, lo ilumina todo, conjuga esa materia confusa y el que la padece en una tercera instancia clara y como fatal: la frase, el párrafo, la página, el capítulo, el libro"...
“En otras ocasiones he hablado de los autores que influyeron en mí, de Julio Verne a Alfred Jarry, pasando por Macedonio Fernández, Borges, Homero, Arlt, Garcilaso, Damon Runyon, Cocteau (que me hizo entrar de cabeza en la literatura contemporánea), Virginia Woolf, Keats (pero este es terreno sagrado, numinoso, y ruego al linotipista que no escriba luminoso), Lautréamont, S. S. Van Dine, Pedro Salinas, Rimbaud, Ricardo E. Molinari, Edgar A. Poe, Lucio V. Mansilla, Mallarmé, Raymond Roussel, el Hugo Wast de Alegre y Desierto de piedra, y el Charles Dickens de Pickwick Club”...
“Y no esa especie de mala conciencia que, también por deformación intelectual, tengo yo, en el sentido de que si me paso más de diez minutos sin hacer algo, sea lo que sea, tengo la impresión de que soy ingrato con ese hecho maravilloso que es estar viviendo, tener ese privilegio de la vida. Y es algo que siento cada vez más, mientras mi vida se acorta y va llegando a su término ineluctable, si me permitís la palabra tan cursi”...
“Cuando no recibo suficiente dinero por mis libros o discos, me voy de nuevo a traducir bodrios a la Unesco; lo importante es no ‘profesionalizarse’ en el mal sentido de la palabra”...
“Aurora y yo incurrimos en el matrimonio hace dos días, sábado 22, en la Mairie du 13. Nos casó un maire condecorado, con banda tricolor al pecho y pelo cepillo, muy francés y muy simpático”...
“Todo aquel que vive bien despierto sueña mucho, tiene una carga onírica particularmente densa. ¿Por qué no creer, entonces, que la relación recíproca es también válida, y que hace falta soñar mucho – es decir, aceptar y asumir los sueños- para vivir cada vez más despiertos? (…) Creo que el hombre debería ir al encuentro de su doble nocturno, desterrado y perseguido, para traerlo fraternalmente de la mano, algún día, y hacerle franquear a su lado las puertas de la ciudad”...
“Estoy cansado, confuso, bastante angustiado por muchas cosas que pasan en el mundo, y sobre todo por mis obligaciones frente a esas cosas que pasan en el mundo. No sé todavía qué voy a hacer o en qué me voy a convertir, pero hay un Julio que se ha muerto y otro que todavía no ha terminado de nacer”..
“Carol y yo nos casamos hace una semana. A lo mejor te parece extraño teniendo en cuenta que yo tengo el doble de la edad de Carol, pero después de casi cuatro años de vivir juntos y haber pasado por todas las pruebas que eso supone en muchos planos, estamos seguros de nuestro cariño y yo me siento muy feliz de normalizar una situación que algún día será útil para el destino de Carol”...
“Precisamente porque en el fondo soy alguien muy optimista y muy vital, es decir alguien que cree profundamente en la vida y que vive lo más profundamente posible, la noción de la muerte es también fuerte en mí. (…) Para mí la muerte es un escándalo. Es el gran escándalo. Es el verdadero escándalo. Yo creo que no deberíamos morir. (…) La muerte es un elemento muy muy importante y muy presente en cualquiera de las cosas que yo he escrito”...
“Me molestan las sacralizaciones tipo Elvis Presley o Marilyn Monroe, porque creo que son absurdas en el campo de la literatura; creo que ahí entra en juego un fanatismo que no tiene nada que ver con la literatura. Pero, dicho esto, por otro lado no tengo ninguna falsa modestia. (…) Tengo una conciencia muy clara de lo que he hecho y sé muy bien qué significó, en el panorama de la literatura latinoamericana, la aparición de Rayuela. Y sería un imbécil o tendría una falsa modestia repugnante si no dijera esto”...
“Yo también envejezco, mamita, mis ojos se cansan mucho (los usé demasiado en esta vida) y me fatigo fácilmente; hay días en que me siento rabioso de no ser ya el que fui, aunque no puedo quejarme puesto que no tengo nada realmente grave. (…) En fin, yo veo por tu letra firme y clara, que estás todo lo bien que es posible a nuestros años (qué lindo hablar como dos viejitos), y te deseo que sigas bien y aprovechando el calor bonaerense”...
“Te quiero, país tirado a la vereda, caja de fósforos vacía, / te quiero, tacho de basura que se lleva sobre una cureña / envuelto en la bandera que nos legó Belgrano, / mientras las viejas lloran en el velorio, y anda el mate / con su verde consuelo, lotería del pobre, / y en cada piso hay alguien que nació haciendo discursos / para algún otro que nació para escucharlos y pelarse las manos. (…) Te quiero, país, pañuelo sucio, con tus calles / cubiertas de carteles peronistas, te quiero / sin esperanza y sin perdón, sin vuelta y sin derecho, / nada más que de lejos y amargado y de noche”....
Una verdadera antología cortazariana... reconozco textos de muy variadas procedencias. Todos los homenajes son pocos
ResponderEliminarYo no hago más que imitarle, miro el mundo imaginando cómo lo escribiría él. Leer esto, palabra a palabra, me convence de que no se ha ido nunca.
ResponderEliminarEn él caben todos los sueños, las probabilidades de encontrar material en cualquier momento y lugar donde se le cruzase una imagen, un pensamiento.
ResponderEliminarSimplemente Cortazar con una enorme tilde que la máquina no me deja poner.