domingo, 26 de junio de 2011

"El escritor argentino y la tradición”

Discusión, Jorge Luis Borges
Emecé, 1957

Jorge Luis Borges, inicia su ensayo, anticipándonos que formulará y además justificará algunas propuestas que desde el inicio cataloga de escépticas, no sólo por lo imposible que pudiese resultar resolver “el problema del escritor argentino y su tradición”, sino por la sola existencia del mencionado conflicto; además de calificarlo de: mera apariencia, seudoproblema, o simulacro. Continúa exponiéndonos, planteos y soluciones, que han sido considerados corrientes; soluciones sin razonamiento, relacionadas exclusivamente con la idea de arquetipo.
Con la misma convicción refiere al Martín Fierro como la obra más perdurable escrita por un argentino, y no por ello canónica.
Cita el libro de Rojas, consagrado al análisis de la poesía gauchesca, como continuación y magnificación de la de los payadores, y discrepa con esta afirmación; no sólo razonándola, sino ejemplificándola; tanto por sus diferencias, como por el propósito de los poetas.
Más tarde, hace referencia al vocabulario que utiliza José Hernández, que no se limita a los criollismos y al color local, sino que se permite recurrir (tal vez con la intención de distanciar su poesía de la gauchesca) a temas abstractos tales como: el tiempo, el espacio, el mar, la noche, y la filosofía.
Borges, reniega de la convicción de que la poesía, para ser etiquetada de argentina, deba indefectiblemente recurrir a estas diferencias y al color local, para contraponer más adelante al Martín Fierro, con los sonetos de La urna, de Enrique Banchs, los que ameritan, a su criterio, la misma “argentinidad” que el primero.
Defiende entonces, la poesía de Banchs, que logra distanciar lo escrito de lo particular y personal, y no por ello ajeno. Tal vez como mera reticencia, sí argentina, a la confesión y a la intimidad.
Rechaza la certeza, que además califica de nueva y moderna, de que la literatura de un país deba definirse por sus propios rasgos diferenciales; como si el hecho de escribir sobre nuestro pueblo, nos volviese universales. Define esta situación de tan limitativa como foránea; para citarnos como ejemplo a Racine que no negó su derecho a referirse a la antigüedad clásica, ante el riesgo de no ser considerado un poeta francés.
Se permite confesarnos, que años antes, necesitaba incluir en libros que califica de “olvidables y olvidados”, los sabores, los barrios de Buenos Aires, la milonga, los cuchilleros; abusando de localismos y criollismos, y que para entonces, hacía ya un año acababa, de escribir La muerte y la brújula, donde prefirió deformar elementos y lugares de Buenos Aires, logrando así el verdadero sabor que antes había buscado transmitir en vano.
Se muestra abierto a las influencias extranjeras que puedan constar en una obra.
De hecho, del momento que se suele tomar a los argentinos, como una solución de continuidad entre nuestro país y Europa, esta misma situación lo invitaría, ante la carencia de pasado, a vivir en una suerte de error e ilusión de ser europeo; sin la aceptación de su soledad, de su perdición, de su carácter primitivo, que aprovecha para clasificar de tan patética y encantadora, como el existencialismo.
Reconoce como tradición argentina innegable y también sudamericana, a la occidental; por la posibilidad de manejar a veces hasta con irreverencia, todos los temas europeos.
Atribuye el problema, al determinismo, a esa necesidad fugaz y contemporánea, cuando, la verdadera esencia de la obra de un escritor suele ser ignorada por éste, para entonces recordar a Swift y Los viajes de Gulliver; lejanos por completo, en su resultado, de la intención de su autor.
Concluye así: "Creo que si nos abandonamos a ese sueño voluntario que se llama creación artística, seremos argentinos y seremos, también, buenos o tolerables escritores."

domingo, 12 de junio de 2011

Octubre del 67

"Consternados rabiosos", Mario Benedetti.

Vámonos,
derrotando afrentas
Ernesto CHE Guevara

Así estamos
consternados
rabiosos
aunque esta muerte sea
uno de los absurdos previsibles

da vergüenza mirar
los cuadros
los sillones
las alfombras
sacar una botella del refrigerador
teclear las tres letras mundiales de tu nombre
en la rígida máquina
que nunca
nunca estuvo
con la cinta tan pálida

vergüenza tener frío
y arrimarse a la estufa como siempre
tener hambre y comer
esa cosa tan simple
abrir el tocadiscos y escuchar en silencio
sobre todo si es un cuarteto de Mozart

da vergüenza el confort
y el asma da vergüenza
cuando tú comandante estás cayendo
ametrallado
fabuloso
nítido

eres nuestra conciencia acribillada

dicen que te quemaron con qué fuego
van a quemar las buenas
buenas nuevas
la irascible ternura
que trajiste y llevaste
con tu tos
con tu barro

dicen que incineraron
toda tu vocación
menos un dedo

basta para mostrarnos el camino
para acusar al monstruo y sus tizones
para apretar de nuevo los gatillos

así estamos
consternados
rabiosos
claro que con el tiempo la plomiza
consternación
se nos ira pasando
la rabia quedará
se hará más limpia

estás muerto
estás vivo
estás cayendo
estás nube
estás lluvia
estás estrella

donde estés
si es que estás
si estás llegando

aprovecha por fin
a respirar tranquilo
a llenarte de cielo los pulmones

donde estés
si es que estás
si estás llegando
será una pena que no exista Dios

pero habrá otros
claro que habrá otros
dignos de recibirte
comandante.

Montevideo, Octubre de 1967
Che Guevara (Argentina 14 de junio de 1928 La Higuera, Bolivia, 9 de octubre de 1967)

Che
Yo tuve un hermano.

No nos vimos nunca pero no importaba.

Yo tuve un hermano
que iba por los montes
mientras yo dormía.
Lo quise a mi modo,
le tomé su voz
libre como el agua,
caminé de a ratos
cerca de su sombra.

No nos vimos nunca
pero no importaba,
mi hermano despierto
mientras yo dormía,
mi hermano mostrándome
detrás de la noche
su estrella elegida.

Julio Cortázar


Usted perdone, Guevara

Hace un año, cuando Fidel Castro confirmó la muerte de Ernesto Che Guevara, publiqué en la revista Cuba las siguientes líneas:
"El decir está tan gastado que produce pudor reiterarlo. Desde los periodistas con prisa hasta los quiméricos compadritos de Jorge Luis Borges: 'Murió en su ley'. También, no importa el abuso, 'Murió con las botas puestas'.
Pero la porfía del Che, profetizamos, es inmortal. Trepando, desembarazándose de tanta literatura, lágrimas y sentimentalina arrojadas encima de su pecho asesinado, Che Guevara está hoy otra vez -y van tantas- de pie, repartiendo rostros y metralletas entre ansiosos, resueltos checitos nacidos de su muerte y resurrección.
Atravesando palabras inútiles y diagnósticos torcidos. Che Guevara va viniendo, va llegando".
Desde entonces, mucho ha sucedido, mucho se ha publicado sobre el tema; sólo me dieron motivos estéticos para modificar lo anterior. Pero aquí, en Santa María, desde donde escribo, país subdesarrollado, carente aún de 383a a 383b, la gente se está haciendo xenófoba. Reparan en que el Che era argentino, hizo la revolución en Cuba, fue muerto en Bolivia. Para corregir ese error, para no vivir de espaldas a las prepotencias, los tira y afloja (más de lo último), les pido la hora y los aplazamientos que decoran el panorama político de Santa María, vuelvo a copiar y me enmiendo. Alzando la puntería, elijo ahora a Pío Baroja:
"Pueblo de los discretos, espejo de los prudentes, encrucijada de los ladinos, vivero de los sagaces, enciclopedia de los donosos, albergue de los que no se duermen en las pajas, espelunca de los avisados, cónclave de los agudos, sanhedrín de los razonables...".
Es que este don Pío, además de humilde y errante, era un hombre arbitrario y cerrado; la antipatía que le causaban los franceses le hizo olvidar una frase de Chateaubriand:
"Hay cierta época en la que no se debe derrochar el desprecio, a causa del considerable número de necesitados".
Por las eruditas transcripciones:

Juan Carlos Onetti



(Publicado en Marcha, 11-X-68, página 31.)

jueves, 2 de junio de 2011

De aniversario...


Hoy cumplimos 1 año, y así hablaron ellos de los aniversarios.

Más allá de los símbolos,más allá de la pompa y la ceniza de los aniversarios...
Jorge Luis Borges - "España"

Los días han decaído en aniversarios o en sesquicentenarios, los hombres que vivieron en próceres, los próceres en calles y en mármoles...
Jorge Luis Borges

Pero los aniversarios son las grandes puertas de la estupidez...
Cortazar - Las menades

Una fecha que parece sentenciada para hacer balance. Pero yo he estado haciendo balance todo el año.
Mario Benedetti - La Tregua