miércoles, 29 de diciembre de 2010

Final del año, Jorge Luis Borges


Ni el pormenor simbólico
de reemplazar un tres por un dos
ni esa metáfora baldía
que convoca un lapso que muere y otro que surge
ni el cumplimiento de un proceso astronómico
aturden y socavan
la altiplanicie de esta noche
y nos obligan a esperar
las doce irreparables campanadas.
La causa verdadera
es la sospecha general y borrosa
del enigma del Tiempo;
es el asombro ante el milagro
de que a despecho de infinitos azares,
de que a despecho de que somos
las gotas del río de Heráclito,
perdure algo en nosotros:
inmóvil.

5 comentarios:

  1. "..el enigma del tiempo..."

    Que buena imagen.

    Me gusta, realmente.

    Feliz fin de año.

    Un abrazo.

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  2. Un deseo muy bonito el Borges.
    Que lo que amamos perdure también en 2011.
    Un abrazo Ros.

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  3. broche de oro,Rossina.

    que el enigma del tiempo no nos olvide.

    besos*

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  4. Perduraran las ganas de reinventarnos año a año, dispuesto a comenzar siempre una nueva etapa con lo aprendido, intentando no caer de nuevo en la vorágine de empapar con fallos nuestro camino...

    abrazzzusss

    PD:
    Volver a empezar siempre es una buena opción

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  5. Y es que el año nuevo siempre viene incluso a pesar de nosotros mismos.

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