viernes, 4 de marzo de 2011

Las armas secretas, libros subrayados


Los nombres, esa duración pertinaz.

Objetos de un mundo caduco en la lejana orilla del río.

La fría y resuelta recuperación de los viejos frente a la muerte.

La casa ahí, con toda la infancia.

Si le hubieran faltado habría sentido caer sobre él la libertad como un peso insoportable.

Quién sabe si lo que miraban juntos era la misma cosa para los dos.

Y él se plegaba a su silencio por cobardía.

que aceptara la existencia póstuma de Nico...

llamado a plena luz de su nombre el incubo se hubiera desaparecido.

las noche en que se habían querido desesperadamente en el barco que los traía a Francia.

De calle en calle fue sintiendo como le costaba situarse en el presente, en lo que tendría que suceder media hora más tarde. La carta lo metía, lo ahogaba en la realidad de esos años de vida en París, la mentira de una paz traficada, de una felicidad de puertas para afuera, sostenida por diversiones, de un pacto involuntario de silencio en que los dos se desunían poco apoco como en todos los pactos negativos.

Su resignada adhesión a esa vida en la que nada había llegado a ser lo que pudieron esperar dos años atrás.

la noche trae consejo.

después que los cuerpos se encontraron en una monótona batalla que en el fondo no habían deseado.

Cruzaba París a pie para estar más solo y despejarse la cabeza.

Se refugia en el café de la estación, menos por disimulo que para tener la pobre ventaja de ver sin ser visto.

El aire de suficiencia disimulando el azoramiento de entrar en París.

Si en ese momento hubiera sido capaz de preguntarle, tal vez el café hubiera recobrado el sabor, o el cigarrillo.

Cartas de mamá (Julio Cortazar, 1959)

Curioso que la gente crea que tender una cama es exactamente lo mismo que tender una cama, que dar la mano es siempre lo mismo que dar la mano, que abrir una lata de sardinas es abrir al infinito la misma lata de sardinas. pero si todo es excepcional.

Lo ha pensado sordamente, como desde lejos. A veces el pensamiento parece tener que abrirse camino por incontables barreras, hasta proponerse y ser escuchado.

No le gusta esa hora en que todo vira al lila, al gris.

Siempre se empieza por creer que no hay misterio en nadie, es tan fácil acumular noticias.

Que pueda estar hablando de una blusa naranja tan lejos de él como siempre.

Los últimos meses son tan confusos como la mañana que aún no ha transcurrido y es ya una mezcla de falsos recuerdos, de equivocaciones.

En esa remota vida que lleva la única certidumbre es haber estado lo más cerca posible de ...

Entonces si uno no sabe nada de... basta dejar de verla un momento para que el hueco se vuelva una maraña espesa y amarga, te tiene miedo, te tiene asco, a veces te rechaza en lo más hondo de un beso, no se quiere acostar contigo, tiene horror de algo.

Hasta a la extrañeza es posible acostumbrarse.

¿Y, ... no te objetiva?

No hay como compartir una almohada, eso aclara completamente las ideas, a veces hasta acaba con ellas, lo cual es una tranquilidad.

viento en la cara como un olvido.

había mencionado a Enghien en las charlas de café, esas frases que parecen insignificantes y olvidables hasta que después resultan el tema central de un sueño o un fantaseo.

Las armas secretas, Julio Cortazar


Con ese aire de doblemente quietas que tienen las cosas movibles cuando no se mueven.
Uno de todos nosotros tiene que escribir, si es que esto va a ser contado. Mejor que sea yo que estoy muerto, que estoy menos comprometido que el resto; yo que no veo más que las nubes y puedo pensar sin distraerme, escribir sin distraerme, acordarme sin distraerme, yo que estoy muerto.

Entre las muchas maneras de combatir la nada, una de las mejores es sacar fotografías.

Cuando se anda con la cámara hay como el deber de estar atento, de no perder ese brusco y delicioso rebote de un rayo de sol en una vieja piedra...

Sin que se me ocurriera pensar fotográficamente las escenas, nada más que dejándome ir en el dejarse ir de las cosas, corriendo inmóvil con el tiempo.

Encendí un cigarrillo por hacer algo...

Creo que sé mirar, si es que algo sé, y que todo mirar rezuma falsedad, porque es lo que nos arroja mas afuera de nosotros mismos, sin la menor garantía.

Ojos que caían sobre las cosas como dos águilas, dos saltos al vacío, dos ráfagas de fango verde. No describo nada, trato más bien de entender.

La soledad como un vacío en los bolsillos.

La disponibilidad parecida al viento y a las calles.

Su mayor encanto no era su presente sino la previsión del desenlace.

Con una desazón que quizá empezara a teñir el deseo.

...porque la gente dentro de un auto detenido casi desaparece.

Michel es culpable de literatura, de fabricaciones irreales.

...llenaría mi recuerdo durante muchos días, porque soy propenso a la rumia.

...en esa operación comparativa y melancólica del recuerdo frente a la perdida realidad; recuerdo petrificado como toda foto, donde nada faltaba, ni siquiera y sobre todo la nada, verdadera fijadora de la escena.

De pronto el orden se invertía, ellos estaban vivos, moviéndose, decidían y eran decididos, iban a su futuro; y yo desde este lado, prisionero de otro tiempo, de una habitación en un quinto piso..., de ser nada más que la lente de mi cámara, algo rígido, incapaz de intervención.

Las babas del diablo, Julio Cortazar

5 comentarios:

  1. Siempre he sostenido que el mejor Cortàzar, no es el de Rayuela, sino el anterior, èste.

    Buenos pàrrafos.

    Un abrazo.

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  2. MUY BUENAS LAS FRASES QUE SELECCIONASTE

    PARIS ES UNA MARCA REGISTRADA PARA CORTÁZAR Y TANTAS OTRAS


    GRACIAS POR ENSEÑARNOS UN POCO MÁS EN CADA POST

    SALUDOS

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  3. ya te tengo en mi blog enlazada wua-wuapa!

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  4. Querida Rossina,



    A pesar de que nunca acuso recibo, no sabés cuánto aprecio tus envíos y la sensibilidad con que son seleccionados. Gracias por compartirlos con nosotros.
    No sé si recordarás que cuando íbamos al grupo de Eterna Cadencia yo estaba en proceso de editar mi última novela, esta vez, sobre Virginia Woolf. Ya la tengo lista para su lanzamiento, que será el próximo 29 de marzo. Me encantaría que me acompañes. Nos conocemos poco, pero sé que el tema nos une.
    Te mando un beso grande y espero verte el 29.

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  5. Hola Rossina: Quiero agradecerle estos talleres.
    Me encanta y desde luego
    estoy conociendo a estos escritores a fondo, que antes les conocía superficialmente,
    los temas son muy interesantes.
    Reciba de mi parte un gran abrazo.

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