sábado, 7 de marzo de 2015

El río, Beatriz Helbling


El río que veo
no existe...
y en su oquedad 
es otro el río que percibo
otra la corriente
sobre la que descubro
tu cuerpo
enraizado en sus márgenes
sediento
de leyendas nuevas,
y veo ojos de pájaros
y alas abiertas
y ramas huérfanas
arañando verdores
y juncos heridos de sol
buscando caricias
en los rizos del agua
y en su lecho
veo sílabas de arena
inmortalizando el tiempo
veo sombras, silencios,
gozos,
y navego en una barca
de sueños azules
y en el aire se oye
un rumor de verbos
fugaces, frágiles,
que nacen y mueren
en un parpadeo
como el río que he visto
y que nunca existió.

* beatriz*

4 comentarios:

  1. Lo acabo de ver Rossina, gracias amiga. Eres tú quien me va dando confianza, quien me ayuda a creer en mí.

    ResponderEliminar
  2. Los ríos que vemos fallecen a cada instante.

    ResponderEliminar
  3. Qué forma de adunar verbo y río, agua y espejo, sueño y realidad, todo bajo la forma de lo efímero, que es como Heráclito entendió al río y es como yo definiría tal vez el poema...no. El poema, al menos este, permanece.

    ResponderEliminar
  4. Mi felicitación para Beatriz por este bello y profundo poema, donde profundiza en el río de la vida y ve más allá del agua y de su apariencia...Muy inspirador y real...Ese río que nunca existió, sólo late en el fondo de nosotros mismos...Mi abrazo para Beatriz y para ti Rossina.
    M.Jesús

    ResponderEliminar