viernes, 13 de febrero de 2015

A Julio Cortázar

Julio, vivo en mis deshoras...
Después de leer en el colegio "Rayuela", de modo lineal y no como vos lo sugerías, me enojé. Con vos y conmigo por no lograr entenderlo. Y además, seguramente, porque debe haber habido un aplazo.
Tuvieron que pasar muchos años, pelear como en un Boca-River entre borgeanos y cortazarianos, siempre del lado opuesto a los tuyos.
Pero un día encontré unos libros, sé que me esperaban. Estaban todos apilados en un estante de la que era mi oficina. Eran para mí. No creo en las casualidades. Seguro había llegado mi momento.
Me dije: "justo a mí que Cortázar no me gusta", y alguien, no recuerdo quien, replicó que eso era imposible. 
Decidí entonces desentrañarte, desenmarañar llegado el caso, tus letras, con el mismo empeño puesto en "Rayuela" en mis años de adolescencia.
Fui la primera en decir que no eras buen poeta, porque "Happy new year" me parecía tonto, y no conocía tu crepúsculo que hoy amo. Ahora adoro todos y cada uno de tus poemas.
Ayer, que hacía treinta y un años de tu partida a otro cielo. Treinta y un años también de tu constante compañía, elegí "Java" para homenajearte. "Java" hecha tango.
Y llegaron "Las armas secretas", "Final del juego", "Todos los fuegos el fuego", que me convirtieron en una buscadora incansable de todo el resto de tu obra.
A partir de ahí decidí que serías mío para siempre, y que no cesaría de buscarte en cada esquina, en cada puesto, en Tristán, en las calles que transitaste, aquí y allá.
Conocí mucha gente que te amaba desde siempre, casi igual a como yo lo amaba a él. Al maestro. A Borges. Al que publicó tu "Casa tomada". Tan similares y un poco distintos...
Gracias por todo lo que nos dejaste, que es fuente inagotable, porque suele ser la relectura más sabrosa que la lectura, y lo volví a comprobar ayer transcribiendo los subrayados de "Octaedro". Me encanta cada tanto rever mis marcas...
Les pedí a ellos, a los que nos une ese amor por vos, que eligieran un poema, lo hiciesen, o se identificaran con un cuento, un libro, lo que quisieran. Y así fue.
Fue una fiesta.
Los muros de Internet, en su mayoría, llevaban tu foto, tus poemas en tu voz, los tuyos y los que inspiraste, tus letras hechas tango, algún cuento...
Y me tocó descubrir "Maricló", gracias a ella que es de mar...
Te repito, fue una melancolía pero con sabor a fiesta, en plena coincidencia de que estás, de que nunca te fuiste.
Hoy ya puedo hablar desde el otro bando. Ahora yo sería de River y de Boca.
He leído casi todo lo que nos dejaste y solo tendría que preguntarte por "Divertimento".
Ayer, solo por ayer, elegí "Octaedro" y "El otro cielo", al que me hacés llegar cada vez que atravieso la Galería Güemes o pido un café en la London y estudio bajo el cuadro que te recuerda...
O en el delta, trayéndome al instante tu "Relato con fondo de agua".
Estás, no te fuiste, estás en las calles del bajo, de ronda con Abelardo, que te criticó el final de "Las armas secretas" y coincidiste. Abelardo, que no me creyó que lo elegía a él antes que a vos.
Hay cartas que no te llegaron, la de Don Eduardo Galeano por ejemplo, como tu carta no llegó a Felisberto o no detuvo a Alejandra en su decisión.
Estás también en cada barcito parisino y en cada acorde de jazz. Estás. Siempre estuviste. Nunca te fuiste, Julio.

3 comentarios:

  1. Por fortuna, aprendí a no tomar partido fanático por autor alguno, o tomando la precaución de mantenerme bastante ignorante, como diría su amado Jorge Luis. Pero, en su medida, cada uno aporta mucho más sin pisarse el poncho. Nadie puede volar en la ternura sin Julio, nadie puede escupir en la calle de veras si no está pensando en Arlt, nadie puede enfrentar su angustia por el devenir si no piensa en Borges, nadie puede entristecerse como un condenado si no piensa en Onetti, nadie puede suicidarse si no piensa en Alejandra, nadie puede meterse desnudo al mar sin pensar en García Márquez, nadie puede tener sexo borracho y sin saber con quién si no piensa en Bulowski, etcétera....

    ResponderEliminar
  2. Siempre me han encantado sobre todo sus cuentos.
    =)

    ResponderEliminar
  3. Y sigue estando vivo en ti, amiga mía...Puedo sentirlo sonreir, porque sabe que tu manejas el testigo como nadie, eres una verdadera esponja literaria y gracias a ti, podemos seguir sintiendo vivos a los grandes...Mi abrazo grande Rochies-Rosina.
    M.Jesús

    ResponderEliminar